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El origen del running

Futing, jogging y, ahora, running. La acción de salir a correr ha pasado por diversos nombres y etapas pero la realidad es que prácticamente siempre ha estado presente en la sociedad. Está claro que, en los últimos años hemos experimentado un aumento de las personas que practicamos deporte debido a los nuevos estilos de vida imperantes. No obstante, no es una novedad ni mucho menos. Atento porque vamos a darte unas lecciones de historia. Aquí va el origen del running.

El origen del running

La práctica del deporte se remonta a la antigua Grecia. Sabemos que ellos son los padres de las olimpíadas pero también de la práctica del deporte en general y es que no sólo se competía para alcanzar la gloria sino que, además, existían ventajas sociales para los deportistas.

En la antigua Grecia, había ventajas económicas para los deportistas prestigiosos. Mientras que en el estadio sólo se les hacía entrega de una corona de laurel, fuera de él y por parte de sus patrocinadores y la sociedad en general eran premiados con vasos de oro, valiosos objetos de bronce, caballos, bellas mujeres esclavas y dinero. Además, en ocasiones, si el deportista era muy bueno, se erigía una estatua en la ciudad en su honor. En Atenas, además recibía una manutención de por vida, quedaba exento del pago de ciertos impuestos y se le reservaba un asiento en el teatro. Pero no todo el mundo podía ser deportista en la antigua Grecia. Para ello, debías cumplir con las siguientes reglas:

Origen del Running Runner Soul

Reglas para competir en las Olimpiadas de la Antigua Grecia

1. Ser griego y libre.
2. No estar perseguido por la justicia.
3. No haber transgredido la tregua sagrada.
4. Haber entrenado durante al menos diez meses.
5. Haberse inscrito un mes antes del comienzo de las pruebas.
6. Competir desnudo y ser puntual.
7. No intimidar, sobornar ni matar al rival.
8. Respetar siempre las decisiones de los jueces.
9. Será vencedor el que derrote a sus rivales.
10. Se prohíbe a las mujeres entrar en el recinto olímpico.

Gracias al paso del tiempo, hemos superado algunas de las normas que proponían los griegos como el acceso a las mujeres y competir desnudo, así como no matar al rival, ¡yo saldría perdiendo en todos los supuestos!

Ahora si que si, con la lección aprendida, ¡feliz entrenamiento!

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