“Correr es aburrido” “No me gusta nada correr” “Correr es un deporte solitario” con estos pensamientos he vivido toda mi vida, hasta que hace menos de un año me dio por la “tontería” de empezar a correr. A cada tonto le da por una cosa, y a mí, a estas alturas de mi vida, me da por el running.
Lo que comenzó como una necesidad, una obligación, la única manera de practicar deporte, por temas de horarios, se ha convertido en una adición, en una pasión.
Cuando no llevaba ni dos semanas intentándolo sin demasiado éxito (caminaba más que corría), mi amiga Sonia me dijo “mira este planning para correr 40 minutos en un mes”. Yo miraba el papel y pensaba “eso es imposible que yo lo haga, si a los tres minutos quiero morirme”. Pero a pesar de mi incredulidad me animé a intentarlo.
Cuando íbamos por la segunda semana, Sonia me dice “Bea, yo voy a inscribirme al Cross de Guardamar, apúntate” “Como voy a ser capaz de correr más de 7 Km sino no soy capaz de estar más de 5 minutos seguidos corriendo” le contesté. “Que si Bea, que tenemos más de un mes para prepararlo y entrenar y si podemos” Y sin pensarlo asumí ese pequeño gran reto, en ese momento no lo sabía, pero ese era el primer reto de una larga lista que vendrían después. Nuestro objetivo era llegar a meta, acabar los más de 7 Km sin morir en el intento.
Casi sin darme cuenta llego el 6 de Diciembre del 2014, y allí estábamos, con nuestros dorsales, el 993 y 1176, esperando oír los cohetes que anunciaban el inicio de la carrera. Estábamos nerviosas, no lo siguiente, a la vez que emocionadas. Oímos la salida y empezamos a dar las primeras zancadas, los nervios desaparecieron y permaneció la emoción. “Allá vamos, tenemos un objetivo y vamos a por él, lo vamos a lograr” pensé.
No fue fácil, fue duro, en algunos tramos muy duro, en algún momento pensamos en tirar la toalla, pero después de unos 50 minutos enfilamos la calle mayor, la meta estaba al fondo, veíamos el arco, estábamos a un paso de lograrlo. A los 54 minutos y 34 segundos cruzábamos la meta, los sentimientos en ese momento son indescriptibles, todo el esfuerzo y sufrimiento han merecido la pena, lo hemos conseguido, somos las amas del mundo, podemos lograr todo lo que nos propongamos. No puedo explicarla felicidad inmensa que se siente en ese momento, solo el que corre sabe de lo que hablo.
Este fue el inicio de mi adicción. Me he dado cuenta de lo equivocada que estaba respecto al running. Correr es una lucha constante contra tu cuerpo y tu mente, cuando ambos te dicen no puedes más, para, pero tú sigues. Un kilómetro más y paras, pero tus piernas siguen y hacen tres más. Correr te aporta muchas cosas, fuerza mental, salud física y psicológica, te ayuda a eliminar estrés… te enseña que toda la fuerza que necesitas no est
á en tus piernas, sino en tu voluntad, en tu mente. Conoces a mucha gente y lugares, ya que viajas para ir a realizar carreras.
Cada persona tiene que ir poniéndose retos, metas y objetivos adaptados a sus capacidades, e ir superándolos día a día. No hay que ser el más rápido, ni el que más kilómetros hace. Sobre todo hay que disfrutar cada objetivo superado, cada progreso conseguido.
«El running me aporta felicidad, me aporta bienestar y fortaleza física y mental. I´m a runner»
Artículo de Beatriz Garrote Mora
Fotografías cedidas por Aida Aldeguer. – www.aidaaldeguer.com